Cadaqués, palacio del viento, primer poemario de Ana María Velázquez en el que explora un paisaje que se dilata en cada mirada. La música, las imágenes, la tramontana y el deseo por sondear la huella inmarcesible del genio del surrealismo, Salvador Dalí, conducen a la poeta hasta el encuentro con Port Lligat: cala con visajes oníricos donde el cielo se hermana con el mar intenso y enmarca a Cadaqués.
La poeta emprende la ruta azarosa en compañía de Alma, la otra que vigila en algún lugar recóndito, la que otea desde el reino inasible de una profunda sensibilidad, y señala la muesca artística impresa en la belleza exuberante del mismo panorama que tantas veces vio Salvador Dalí. La conexión con el reino de la instancia poética se manifiesta paulatinamente, mientras el autobús avanza por carreteras abruptas. Allí los meandros del camino susurran historias que se mezclan para componer un caleidoscopio cultural, un fondo de percepciones íntimas y mágicas que resplandecen en Cadaqués.
Los poemas de Cadaqués: palacio del viento, son en un homenaje a la belleza anclada en el arte, en la imagen poética que aparece en la travesía, primera parte del poemario que precede las ocho paradas. El conjunto muestra la visión poética de Ana María Velázquez, quien crea su obra a partir de miradas hondas que indagan y reflexionan en el quehacer poético. No obstante, la subjetividad queda subordinada a descripciones significativas que constituyen un lienzo de belleza fascinadora. En cada poema se percibe un aura de sensualidad envolvente, los matices de un erotismo que se funden con el paisaje, con la imagen, con la palabra.
Cadaqués, palacio de viento, obtuvo el Primer Lugar en Poesía del Premio Nacional Alejo Moreno, Fundación de poetas de San Joaquín, estado Carabobo, Venezuela (2009), con el tríptico Cadaqués: tres paradas de un viaje.
Comentarios
Mucho éxito a las dos.
Exito para ambas.